El ascenso al mítico Tourmalet indica claramente que nos adentramos en medio de la canícula. Esto me hace escuchar de nuevo los comentarios acostumbrados de los comentaristas que explican el Tour de Francia en la Primera de la tele y en todas las radios en general. Este año, la más prestigiosa de las carreras ciclistas ha pasado también por el centro de Barcelona y por media Cataluña. Aquel día de ‘Tour barcelonés ‘no parecía verano, llovía a cántaros, pero yo pensé en uno de mis libros favoritos, recurrente todos los veranos, y ahora acabo de leer de nuevo. Es El primer trago de cerveza y otros placeres (Empúries en catalán y Tusquets en castellano). Sólo tiene 80 páginas, pero Phillipp Dellern demuestra una vez más que los franceses saben vivir en grandes dosis a los pequeños y agradables momentos que nos ofrece la vida. El primer trago de cerveza y otros placeres se publicó en 1997 y enseguida fue un éxito en Francia, a pesar de que había aparecido sin ninguna intención de ser un éxito de ventas. Aquí nos encontramos narraciones breves, basadas en la vida real. Para Dellern, hay, por ejemplo, pocas cosas comparables a la sensación que vive nuestro cuerpo un mediodía muy caluroso de verano en el preciso momento en que, con una necesidad urgente de calmar la sed insidiosa, tragamos el primer trago de cerveza…
Quina gràcia!! Pensava que era l’unic que, anys enrera (uns quants, per cert) l’havia llegit!! Gràcies Isabel!!!!
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No ets l’únic, afortunadament… Gràcies Francesc!
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