«Lo he encontrado muy humano, esa es la palabra». Una admiradora de Haruki Murakami salía el otro día de la Biblioteca Jaume Fuster de Barcelona muy contenta y diciendo estas cosas a una amiga suya. Había asistido al acto donde el escritor japonés había mantenido una conversación con la directora de cine Isabel Coixet. El Auditorio donde se hacía la charla estaba completamente lleno de gente y muchos se tuvieron que quedar fuera. A la salida de ese diálogo, el público afortunado que había podido presenciarlo no podía disimular su satisfacción. Murakami tiene miles de admiradores en todo el mundo, que valoran su sencilla y distante timidez. No parece extraño que en Europa suene como el perfecto candidato al Nobel de literatura. En su país, sin embargo, no ha podido evitar tener importantes detractores, que lo acusan de destruir la tradición japonesa y, incluso, poner en duda aYukio Mashima, uno de los más grandes de los clásicos nipones.
En occidente, hay quien compara a Murakami con el cineasta David Lynch, por lo de situar personajes perdidos en mundos inhóspitos. Y realmente en After dark (la última obra que el japonés ha publicado recientemente y que ya hemos leído) el lector se adentra sin querer en un mundo oscuro y desconocido para descubrir sentimientos que no esperaba. Mientras la ciudad duerme, embriaga la música de saxo y unos personajes aparentemente fríos establecerán otro modo, limpia y sincero, de encarar las complicaciones de la vida.
Haruki Murakami se ha convertido en una adicción para sus lectores incondicionales, que se han acostumbrado a cruzar los límites entre la ficción y la realidad, entre la conciencia y el subconsciente. Leyendo, por ejemplo, Kafka en la orilla, se puede llegar a ver lógico que alguien pueda hablar con los gatos o que lluevan peces del cielo. Es verdad que también puede crear grandes fobias entre los que se niegan a entrar en este mundo sensorial y onírico. Pero ha sido capaz de escribir sobre los lugares comunes de mucha gente de todo el mundo. Él mismo lo explica: «tengo un lugar secreto, profundo y oscuro, donde no se distingue entre lo real o lo que es fantástico».
1Q84 , éste será el título que tendremos que perseguir dentro de poco. Durante su visita a Barcelona Murakami ha avanzado que será la obra más voluminosa que haya escrito y quiere que recuerde al Orwell de 1984 pero al revés. No será una novela futurista sino que hablará del pasado. Umm !. Qué impaciencia. Pero tranquilos, que ya ha pasado a manos de su editor japonés.
Si quieres, puedes leer Las músicas de Murakami .