Ya ha pasado casi la primera mitad de este mes, el primero del último año del primer decenio del segundo milenio. Pienso en eso y leo que este 12 de enero ha muerto a los 89 años de edad Éric Rohmer, el legendario director de cine francés, de la nouvelle vague. Comenzó en el mundo artístico enseñando literatura y escribió una novela, Elisabeth. Luego fue crítico de cine en Cahiers de Cinéma. Un crítico que después obtuvo muy buenas críticas por sus películas, pero nunca un éxito de público mayoritario.
El día que se ha conocido el enorme éxito de taquilla de Avatar, pocos han tenido ganas de recuperar una de las pequeñas joyas que Rohmer construyó. El cineasta dedicaba sus trabajos a su público minoritario pero fiel. En cuanto a la relación del cine y la literatura, siempre constante, Éric Rohmer prefería las películas basadas en libros desconocidos, porque de esta manera les daba a conocer al público. El último trabajo de director fue la adaptación de un relato del siglo XVII.
Con Pauline en la playa, Éric Rohmer logró el reconocimiento del jurado en el Festival de Berlín de 1983.