Primero fue un libro. Stéphane Hessel nació en Berlín el año 1917. Más de noventa años de experiencias y recuerdos. El año 1948 formaba parte del equipo redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Fue miembro de la resistencia francesa y salií vivo de Buchenwald. Por eso José Luis Sampedro, que también nació en 1917, considera que si un hombre como Hessel nos dice»Indignaos!», lo tendríamos que escuchar. Ahora, este legado contra la indiferencia, de menos de 60 páginas, es uno de los libros más leídos de la temporada. En Francia, en pocas semanas lo leyeron un millón de personas y también fue uno de los más vendidos del San
t Jordi de este año. ¿Quén dijo que lo libros sólo forman parte de los intereses de una minoría?
El fondo de la cuestión que narra Hessel en su pozo de sabiduría en forma de libro es no someterse al huracán destructor del consumismo voraz. Es una propuesta pacífica, una propuesta de resistencia no violenta, un compromiso, una llamada al derecho de indignarse y resistir ante lo que es inaceptable. Un compromiso con la libertad de expresión, con la libertad de opinión, con la sociedad valiente y rebelde que siempre hemos sido.