García Márquez en cerca de 900 páginas

Los pueblos necesitan héroes. Colombia tiene el suyo propio y se llama Gabriel García Márgaboquez, Gabo, un inventor de historias. Pero no un inventor de historias cualquiera. Fue Premio Nobel y uno de los mejores escritores en lengua castellana del siglo XX. El hecho del mito se me hizo realmente evidente en Coppelia, (no el Coppelia de La Habana, aquel en el que cierto día me comí un helado de vainilla con regusto a Revolución), en el Coppelia de Barcelona, en el Born. En uno de esos viernes lluviosos de finales de mayo dejé en la puerta de la coctelería el agua de los charcos que había acumulado en los zapatos y me senté un rato entre las mesas de un local repleto de música caribeña. La bebida, un combinado inventado para la ocasión llamado Macondo, acompañado por unos patacones y empanadillas como los hacen en Colombia. Los patacones son unos deliciosos plátanos verdes fritos y las empanadillas eran crujientes, de carne y tomate. El sabor adecuado para encontrarme con Xavi Ayen y hablar sobre su libro, “que tiene 900 páginportada_boom_latinoamericanoas, a lo mejor no lo compra mucha gente por ese motivo, bueno, pero tampoco llega a las 900, casi, son 888 páginas. Aquellos años del boom. García Márquez, Vargas Llosa y el grupo de amigos que lo cambiaron todo (RBA). Bajo este título y subtítulo, el periodista escribe un largo reportaje, cuidadosamente elaborado a lo largo de diez años. Ahí están horas de entrevista con García Márquez o con Mario Vargas Llosa, viajes a México y también a Nueva York. «Balcells me ha dejado consultar sus archivos», ese enorme manantial por el que transita gran parte de la historia de la literatura de la segunda mitad del siglo XX y del XXI. «No hay placas que lo conmemoren» -se puede leer en Aquellos años de boom, pero aquel momento de la literatura en castellano «se abrió en Barcelona». Aquí se produjo un fenómeno «confuso y veloz» a mediados de los años sesenta y la ciudad llegó a convertirse, entrados los setenta, en un «parque temático» por el que paseaban los escritores latinoamericanos más conocidos. Aquellos Años del boom muestra un profundo conocimiento sobre un moviento que no se irá con el tiempo, aunque desaparezcan sus protagonistas.

«Es posible que los lectores solo presten atención al capítulo dedicado al puñetazo de Vargas Llosa a García Márquez». Prestaremos atención a más cosas, sin duda, pero, aquel puñetazo supuso el final de una gran amistad y el comienzo de muchas leyendas.

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