El misterio, las calles húmedas y oscuras, la lluvia cayendo sobre el asfalto: algo que ha pasado y alguien que sospecha. Esas fueron las premisas que me introdujeron en este género. Literatura y cine, papel blanco en la máquina de escribir y sillón vacío en la sala de cine. Leía las páginas de las novelas policíacas con la tranquilidad de que todo se resolvería al final. Lo cutre y lo sofisticado, la duda y la certeza. El asesino y el poli; los buenos y los malos. La vida sembrando toda su crudeza en las calles de la ciudad.
¿Se acuerdan de aquellas escenas de La mujer Pantera (Jacques Tourneur, 1942)?: los tacones resonando en la noche y unas sombras reflejándose en la pared. Esas imágenes misteriosas e inquietantes llenaron mi imaginación de intrigas por resolver. Así que no pregunten qué hago yo sentada en una sala en la que se habla de Novela Negra. La respuesta está en las incertidumbres, en las garras afiladas, en la música que simula misterio. Y la felicidad por lo desconocido.
El primer día de Festival BCNegra 2022, un periodista trabajado en los escabrosos vericuetos de la prensa durante el franquismo, fue el protagonista de una gran velada. Francisco González Ledesma no se conformaba con nada, siempre planteaba nuevas preguntas y se situaba en desconocidas encrucijadas. Fue creador del mítico comisario Méndez y de infinidad de novelas del oeste (Silver Kane). Pero también de artículos en La Vanguardia, «un lugar en el que se lo pasaba muy bien», dijeron sus hijos, Enric González y Victoria González. Aquellas Olivetti con las que Ledesma escribió páginas y páginas (la roja brillante y otra gris, como de oficinista) pueden verse en la Biblioteca Jaume Fuster, en la exposición Expediente González Ledesma. Memoria escrita y cultura popular Francisco González Ledesma (1927-2015).
¿Fue Edipo el primer detective de la historia?
El sábado, 5 de febrero, en una interesante mesa de debate en El Molino (el escenario de los escenarios), pudimos escuchar cosas sorprendentes sobre la influencia de los clásicos en la literatura y, muy especialmente, en la Novela Negra. Hace poco supe que en la tragedia de Sófocles, Edipo Rey, se produce el primer monólogo de la literatura. Si, por otra parte, es también Edipo el primer detective, habré justificado mi admiración legendaria por este personaje, sus dramas y torturas.
Charla muy interesante, también el sábado por la tarde, en El Molino, con Núria Bendicho Giró (Terres Mortes), Fernanda Melchor (Temporada de huracanes) y Brenda Navarro (Casas Vacías). La influencia de Faulkner sobrevolando la narrativa de unas escritoras que no huyen de la oscuridad que nace en la intimidad de las familias.
Sin Don Quijote no habría Novela Negra
No es mío este atrevimiento: lo dijo Don Winslow cuando se le entró el Premio Pepe Carvalho 2022, el momento más destacado del Festival de Novela Negra, en el Ayuntamiento de Barcelona. “Miguel de Cervantes es el gran antecedente de la novela” —dijo Winslow. El escritor norteamericano recordó a los clásicos de la novela negra de su país, Hammett, Raymon Chandler y su cínico personaje Philip Marlowe, ese cínico idealista “luchado contra los molinos de viento”. En el momento de recoger su premio, a través de una pantalla por motivos del Covid, Don Winslow también recordó a Charles Dickens y a su Oliver Twist, “uno de nuestros padres”. Pero, todavía podemos ir más lejos, hasta el mismísimo Homero, para mirar hacia la Ilíada y la Odisea, como los preludios de las grandes armas de la Novela Negra: la venganza y la búsqueda de la justicia.
Por su lado, el comisario del Festival, Carlos Zanon, llenó de alabanzas al escritor norteamericano, “el gran cronista de la realidad y una obra monumental. “la corrupción, los carteles de la droga son explicados sin artificios, porque fingir no tiene ningún sentido». Necesitamos novelas y juglares, y el genero negro nos puede hacer sentir incómodos. “El bisturí de Winslow es político, pero sin demagogia”. Y también la esperanza bajo las ruinas.