«Generalmente es difícil, incluso casi imposible, decidir con exactitud cuando se inicia el proceso de escritura de una novela o de una obra de teatro. Pero, en el caso de Antílopes, recuerdo perfectamente como fue«. Henning Mankell explica que hace más de veinte años, cuando vivía en Zambia, unos suecos expertos en ayuda internacional le invitaron a cenar. La casa era muy grande y tenía muchos criados, pero para ellos eran totalmente invisibles. En aquellos momentos, el escritor sueco tuvo el primer impulso de escribir la pieza que después se convirtió en Antílopes, una obra de teatro. Para los numerosos admiradores que tiene por esete lado de Europa el autor nórdico, esta noticia no deja de ser una sorpresa, acostumbrados a los relatos, a veces fríos como cuchilladas, a los que nos tiene acostumbrados Henning Makell. Pero no es un autor lejano para los escenarios. De hecho, comenzó su carrera literaria como dramaturgo y cuando se casó con Eva Bergman, hija de Ingmar Bergman, directora del Backa Teater de Goteborg, trabajaron juntos en diferentes proyectos teatrales. África, por otro lado, también ha sido un tema recurrente para el creador de Kurt Wallander y un lugar donde pasa gran parte del año. No olvidemos que Mankell es el director general del teatro Avenida de Maputo.
En Antílopes los personajes principales son los negros, pero no salen físicamente. Son una ilusión óptica, como el paisaje. En un primer momento, la obra puede parecer que está ambientada en cualquier casa sueca, pero poco a poco se descubre que todo lo que allí pasa, pasa en África, que invade el espacio a medida que los conflictos laborales y personales salen a la luz. Esta es la historia de una pareja que está a punto de dejar África después de catorce años trabajando en un programa de ayuda internacional. El último día de su estancia en el continente africano, reciben la visita del hombre que ocupará su lugar y también deciden hacer balance de los últimos años, ante el estupor de la visita. Dicen los del Nacional que el relato «recuerda Danza de muerte de August Strindberg, por las tensiones del matrimonio atormentado«. También se nota en la pieza teatral «la elegancia narrativa y la tendencia natural del autor al Thill«.
Henning Mankell ha dicho que Antílopes está escrita «desde la rabia«, y es una crítica hacia la actitud de muchos «expertos europeos que en África para vivir la vida y no realizan las tareas que tienen asignadas. En realidad -considera Mankell- llegan al continente africano más expertos de los que harían falta.
Antílopes se podrá ver del 27 de febrero al 1 de marzo en el Teatro Alegria de Terrassa y ocupará la Sala Pequeña del Teatro Nacional de Cataluña del 7 al 29 de marzo. La traducción al catalán es de Feliu Formosa, con la colaboración de Carolina Moreno. La dirección es de Magda Puyo y la Producción del Centro de Artes Escénicas de Terrassa (CAET). Los protagonistas son Jordi Martínez y comunes Alcañiz.
Antílopes se podrá ver del 27 de febrero al 1 de marzo en el Teatro Alegria de Terrassa y ocupará la Sala Pequeña del Teatro Nacional de Cataluña del 7 al 29 de marzo. La traducción al catalán es de Feliu Formosa, con la colaboración de Carolina Moreno. La dirección es de Magda Puyo y la Producción del Centro de Artes Escénicas de Terrassa (CAET). Los protagonistas son Jordi Martínez y comunes Alcañiz.