Entre el batiburrillo de premios y reconocimientos literarios, nos encontramos con el último que ha recibido la obra de Jordi Coca, La noia del ball, hace unos días. El nuevo enfoque que se dio al Joaquim Amat-Piniella desde 2007 tiene como objetivo reconocer públicamente una obra narrativa (novela o libro de memorias) que refleje una preocupación social hacia el mundo contemporáneo. Esto justifica claramente que este año La noia del ball (Proa), una obra publicada en 2008, se haya hecho con este premio convocado por Òmnium Cultural Bages y el Ayuntamiento de Manresa, en su novena convocatoria. La noia del ball ha ganado también el premio Carlomagno de 2007 y quedó finalista en el premio Llibreter de 2008. Curiosamente, La noia del ball que precede Sota la pols (premio Sant Jordi, 2000), cronológicamente es anterior y convierte la madre en la protagonista, que cuenta su vida al hijo hasta remontarse a la edad de veinte y seis años. La infancia en Menorca, la ida en Barcelona … La continuidad de estas dos novelas vendrá con Moure la nit. Alguien ha dicho que las heroínas de Coca recuerdan mucho a las heroínas de Rodoreda, por lo que tienen de chicas vulnerables, sencillas y generosas. Pero Jordi Coca dice que la Rodoreda cae a veces en el melodrama y no descarta que lo hiciera intencionadamente.
La razón de ser de estas historias, dijo alguna vez Coca, es dejar testimonio del daño que ha hecho a la gente estos tiempos que nos han tocado vivir. El autor ha dedicado la novela La noia del ball a su madre, que ha ido a bailar hasta una edad muy avanzada. La historia también está dedicada a aquellas mujeres, muy jóvenes durante la Guerra Civil, que han vivido toda la vida con el miedo en el cuerpo. En su casa se vivió el fusilamiento del abuelo y amaban con veneración a Buenaventura Durruti. El paso del anarquismo desordenado 40 años de dictadura ha dejado su huella ya la obra de Jordi Coca intuye el deseo de no dejar en silencio una vida de la que ha sido una víctima. Este escritor puede parecer un pesimista, pero diría que es más más bien un existencialista y en especial un fiel admirador de Albert Camus.
Fa bona pinta el llibre. Caldra llegir-lo.
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