Es habitual y necesaria, es un hecho, una esperanza y una necesidad. Ha comenzado Sant Jordi la noche antes del día 23. La excelsa terraza de Casa Fuster, en los Jardinets de Gracia, corona la parte más noble de la ciudad. El programa de TVE Continuará organiza cada año una concurrida fiesta en la que se reúne la flor y nata del mundo del libro de Barcelona y de Madrid, que no se pierden la intensidad abrumadora del Sant Jordi. El comentario generalizado es «este año hay más gente que nunca», pero no por una manía de hacer estadística de los ‘libretas’ sino por pura cuestión física, no cabe nadie más. Esto es un éxito de Montse Mompó, la directora del programa, que siempre ha sabido hacer amigos. Sin duda, Barcelona tiene muchos atractivos, pero siempre me quedaré con las vistas desde las azoteas. El paseo de Gracia a tus pies y la fiesta, la conversación y la animación de quien saluda a los viejos conocidos. Ah, pero si allí, a la izquierda, junto a Mabel Beltrán, está Antonia Dell’Atte, alta y discreta, con una copa de cava en la mano !. Continuará ha premiado este año a Ana Mª Matute, Jorge Herralde, Maruja Torres, Boris Izaguirre y el grupo Ojos de Brujo.
La costumbre nos lleva a todos a bajar por la ciudad. Es una tradición entre los escritores, editores, periodistas de cultura, jefes de prensa de editoriales, agentes literarios … asistir a la mutitudinària fiesta de Qué leer. Este año hemos ido a la Lonja, un escenario perfecto para premiar El Juego del Ángel, de Carlos Ruiz Zafón y Stieg Larsson, por la trilogía Millenium. Después de hablar tanto sobre Larsson en este blog, le digo a Toni Iturbe, el director de la revista y anfitrión de la fiesta, «tú crees que veremos recoger su premio»? Era fácil imaginar que el autor sueco saldría de un momento a otro por una de las columnas barrocas del templo del dinero. Negativo. Iburbe lleva la estatuilla, imposible entregarla a nadie. La cogí un momento, y las dos páginas de hierro forjado pesan lo suyo. Hay mucho interés por la biografía de Stieg Larsson. «Qué putada para su mujer» -oigo decir, como no se casó, ahora ella podría quedarse sin nada de los millonarios derechos de autor de su pareja y seguramente irán a parar a los padres. Ironías de la vida, dicen que Larsson no quiso casarse con su compañera para protegerla de las amenazas que recibía. No podía imaginarse el autor sueco que se moriría en la cincuentena, un poquito antes de convertirse en uno de los escritores más leídos del mundo.
Francisco González Ledesma está muy contento. Presenta novedad en el Sant Jordi, No hay que morir dos veces (Planeta), una aventura de Méndez. Le digo que estoy leyendo su novela y que me parece muy inquietante que la novia dispare al novio el día de la boda y el mate, vestida de blanco y todo. Él me pregunta «por dónde vas?», «Voy por la mitad, más o menos» -le contesto-, ah pues «continúa, que luego vienen muchas más sorpresas». Realmente es destacable la vitalidad de Francisco González Ledesma. Por cierto , que tenía ganas de citar una frase de esta novela, pág 36, «Nunca hay que desesperar. Las cosas suelen ir mal, pero no mal siempre». Realmente creo que tiene razón Lorenzo Silva cuando dice que No hay que morir dos veces «es feroz en su humanidad».
Aquí dejo estos apuntes, y me felicito, porque este día de Sant Jordi de 2009 ha salido con un sol fantástico, como se esperaba.