«Me pregunto si hay otra forma de vivir en este país tan difícil, si no me queda más alternativa que matar, suicidarme»-escribió Mishima en El templo del alba. Shintaro Ishihara se pregunta, a su vez, en El eclipse de Yukio Mishima (Gallo Nero), por qué se inmoló el que fuera uno de los más grandes escritores japoneses. Su obsesión, según el también escritor y político Ishihara, fue una anormalidad y una falta absoluta de percepción sociológica y de intuición sobre lo que suponía la nueva posición de Japón en el mundo.
Después de escribir grandes y numerosas obras, Yukio Mishima, consiguió crearse a sí mismo también como personaje. Se vistió de héroe y se esforzó en recuperar a toda costa los valores que consideraba tradicionales y esenciales de la cultura japonesa. ¿Acaso se sentía incapaz de enfrentar el futuro de un Japón que tendría que cambiar para buscar su nuevo lugar en el mundo? ¿Era realmente un fanático Yukio Mishima?
En El eclipse de Yukio Mishima descubriremos la otra cara de un escritor que pintó a base de palabras un paisaje lleno de suaves ocres y transparentes azules. El olor del mar antes del amanecer, el rugido de las olas desde la atalaya de un faro o la quietud de un jardín cuidado por las manos expertas de una geisha. Mishima explicó sabias historias de amor, de poder, de desdicha y de misterio. Y también supo dejar constancia de algunas dúctiles maneras de manifestar la crueldad.
Ahora, Shitaro Ishihara, a años luz de la compasión que trae consigo el tiempo, la muerte o la distancia, describe sin concesiones su relación con el que fuera su compañero y amigo. «Al recordar, con la perspectiva que da el tiempo, mis encuentros con Mishima, siento como si hubiera sido testigo de sus dolorosa degradación»- dice en el libro.
Mishima se suicidó después de la última entrega de la tetralogía El mar de la fertilidad (Nieves de primavera, Caballos desbocados, El templo del alba y La corrupción de un Ángel). Antes de hacerse un seppuku o harakiri, como los guerreros samurái, junto a otros miembros de su Tatenokai (Sociedad del escudo), había lamentado el estado de decadencia de una sociedad en la que ya no quedaban héroes, y que se conducía angustiosamente por el pragmatismo del mundo de los negocios. Mishima recordaba con admiración el Japón de su adolescencia, cobijado bajo la tradición y la figura mayestática del emperador.
Interesante libro, para conocer de cerca al gran escritor y su compleja personalidad. También para entender mejor los círculos literarios de Japón durante la posguerra.
Shintaro Ishihara ya era un destacado escritor en su país durante los años 50 y a finales de los 60 inició su carrera política. Fue gobernador de Tokio durante 13 años (1999-2012).
Gracias, Isabel. Ahora me has dado ganas de releer a Mishima. Todavía guardo Confesiones de una máscara.
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Siempre es bueno recuperar a Mishima. ‘Confesiones de una máscara’ se parece mucho a lo que fue también su vida, o eso parece…
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